miércoles, 18 de diciembre de 2013

LA KAWABONGA PRESENTA A ÉL MATÓ A UN POLICÍA MOTORIZADO EN PARAGUAY !



Luego de seis exitosas ediciones alternando en distintos locales céntricos, este sábado 21 de diciembre se llevará a cabo la gran despedida de fin de año de La Kawabonga, la fiesta que tiene como protagonistas a las pizzas de @sarsaparrilla y el reggae y soul de los años 60 de Dulce & Dandy Soundsystem.



Para esta edición especial de Navidad, se suma como atractivo principal la presentación, por segunda vez en nuestro país, de la banda indie rock argentina Él Mató A Un Policía Motorizado, quienes traerán toda la energía y la distorsión de su último disco La Dinastía Scorpio, y también los mejores temas de sus anteriores lanzamientos: Él mató a un policía motorizado, Navidad de reserva, Un millón de euros y Día de los muertos.


Además, como previa al plato fuerte de la noche, Ripe Banana Skins, una de las bandas más convocantes de Paraguay pisará el escenario para dejar su impronta de ska punk y hacer poguear a todos. La banda nacional tocará un setlist variado con los hits de sus dos trabajos titulados: Ripe Banana Skins y Oído Antena.


El concierto se realizará en el Radio Club Paraguayo (Humaitá 1.057 c/ Colón) desde las 22 horas. Y las anticipadas están a la venta en Radio Bemba Peluquería a 35 mil guaraníes. Con el plus de que los primeros compradores tienen pizza gratis. El día del show, las entradas en puerta tendrán un costo de 45 mil guaraníes.


El evento cuenta con el apoyo de Pilsen, Circo Hostel, Raio Bemba Peluquería y la cobertura del canal Hei Música.


sábado, 14 de diciembre de 2013

EL DÍA QUE MATÉ A UN POLICÍA MOTORIZADO.

Recuerdo que era una mañana del año 2008 y llegué a la oficina. Y que desde aquel momento le rompí las bolas a todas las personas que conozco (o ni hacía falta que las conociera), con el nombre de una banda ¿impronunciable? cuyas tapas de discos fueron plasmadas en dignos objetos de regalo en mis vidas pasadas. “¿Eh?. ¿Qué dice tu remera?. ¿Él?. ¿Mató? ¿A? ¿Un? ¿Policía? ¿Motorizado?. ¿Qué?. ¿Quién?. ¿A quién?... Chiau… ¿Qué lo que decís boludo?. ¿Con qué lo que vos te das?”.


Recuerdo que en aquellos días, la existencia de este testimonio vivo de que la música te puede dar una patada en la jeta, me llegó a través de la lista del ranking del mes de febrero de la extinta web FM Kabul 107.9, emisora que nunca tuve el placer de degustar, pero de la que me enamoré gracias a los separadores de la gente de la Revista NAH!. En el puesto 37 estaban ellos, con su alias inquebrantable en una oración de sujeto tácito, verbo  que viola el quinto mandamiento y un predicado que a la vez actúa de complemento indierecto, nada más y nada menos que para cobrarle todas las que nos deben a la yuta hija de puta.


Recuerdo que el tema se llamaba “Chica rutera”. Y desde que lo encontré en Taringa! supe lo que es volver a sentir que la sangre te corre por las venas. Muchos “amigos” “trues” les tiraban piedras como los mejores críticos de la New Musical Express que “son” y terminaron escuchando o reggaetón o la misma música “elaborada” de mierda de la que yo me terminé cansando. Pero todo bien, porque es parte del chiste que no todos lo entendamos.


Recuerdo que el EP se titulaba: “Un millón de euros” y no te daba un respiro. Las letras iban a toda puta. Parecía que el tipo comandaba un tren a velocidad descomunal y estaba buscando estallar como una supernova contra lo que se le pusiera en frente. No había un track que no se te pegara con la misma chiclosidad con la que obran las canciones de cancha, que cuando suenan las versiones originales vos las volvés a cantar como en la cancha. Se te metían en la piel. Era una mezcla de estar en el medio de un megakilombo pero ahí, quieto, sentado en una silla, sin hacer nada.....


Recuerdo que le di play más de unas cuantas muchas veces. Duraba 21 minutos nomás. Y me gustaba todo. Como cuando me regalaron “Nevermind” y después nunca más volví a ser el mismo. Solo que cuando eso ya no era el pibe “Kurcobéin” que se pajeaba en la secundaria. Había pasado hasta por dejarme arrastrar por la influencia de la cumbia villera y cada cosa que eso signifique. Tenía 21 años ya. Y como hacía mucho no me pasaba, descubrí el mundo en el que quería perderme a partir de entonces y del cual también ando perdido desde hace mucho tiempo.


Recuerdo que no me importaba qué estilo era (maldita necesidad de la raza humana de tener que taggear la vastedad del universo). Ni si los vagos eran quiénes. O como se vestían. O como se veían. Si bien son parte de la generación del youtube y de la cultura que está a un movimiento de dedo sobre el teclado, no me preocupé por fichar sus videos en ese momento. Lo que me calentaba era lo que decían. Y ni siquiera entender nada. Fue orgasmo a primera oída.....

miércoles, 2 de octubre de 2013

666 MOMENTOS INOLVIDABLES DE MAIDEN EN PARAGUAY.


001. La empanada de acelga que me clavé mientras estaba en la fila.

002. La Quilsen que me tomé después de la empanada.

003. La sensación de creer que al terminarla iba a #saberloquequería.

004. La frustración de que me vendieron publicidad engañosa.

005. No haber llevado cinto se irguió como uno de los puntos más álgidos de la noche, ya que pude volver a mi morada íntegro de prendas.

006. Verle a un man twitteando: “SÍ KRAJO AIRON MEIDEN EN PARAGUAY KRAJO KRAJO KRAJO!!!!!”.


007. Pescar a otro copypasteándole el mismo texto y queriéndolo superar intentanto adjuntar además la foto de una bandera patria que justito NO era movida por el viento.

008. Escucharle a alguien luego de destapar su Ourux Finux exclamar: Aaaaaaagggggghhhhhhhhrrrrrrrr…… Satanás es mi Pastooooouuuuuuurrrrr”.

009. La total falta de control de seguridad que me hizo pensar: “Mierda! Hubiera comprado unas cuantas latas más de esa porquería”.

010. Desear durante todo el largo camino de la entrada que: “Ojalá que no me quede sin aire y me tengan que sacar los bomberos en camilla (otra vez)” :(

011. Detenerme al pasar en la mirada un niño solitario, imberbe, inmóvil y sin ningún tipo de pelo en las axilas esperando a sus ídolos del metal con cara de asustado y de: “Mírenme! Estoy perdido entre las huestes del infierno!!!!!”.

012. Autofelicitarme cada vez que azotaba la ventisca porque: “Qué suerte que traje esta campera con capucha”. :)

013. Aferrarme a la pantalla gigante que fue todo lo que pude apreciar durante las más de 5 horas que me instalé en el Jockey.

014. Acordarme de que mi perro muerto se llamaba Jockey.

015. Bostezar mirando a Ghost.

016. Disfrutar cuando tocó Slayer: Lejos. Sentado en el pasto. Sin prestar atención.


017. El instante en el que dije: “Vamos a chupar una birra cuando el person pase exactamente por acá”. Y ahí mismo apareció gritando: “LECHE LECHE LECHEEEEE!!!!!!”.

018. Darme cuenta que no te descargaban toda la birra que contenía la botella si no le reclamabas al cuate vestido de rojo, que con este gesto era una especie de anti-Papá Noel.

019. Recordar: “Estaba bueno si qué Ghost. El disfraz del tipo aunque sea…..”.

020. El abrazo con mi ex ex amigo Felipón.

021. El consiguiente abrazo con mi amigo Mario, seguido de un: “Vamos si que traerle a Él Mató”.

022. Colocarme frente al home theater más grande del mundo y que me dé penita por todos los que en serio llevaban más de 35 años esperando por ese mágico día, y aún pagando su entrada, simplemente tenían que resignarse, igual que yo, a mirarlo por tv.

023. Empezó: Moonchild. Y me acordé que también tuve una perra que se llamaba Moonchild.

024. Imaginarme que el pogo a mi alrededor eran ventiladores gigantes que arrasaban con todas las masas de carne que se le ponían en frente.

025. El momento en el que razoné: “Qué boluuuuuuuuudooooo!. Me olvidé de mi inhalador (...)”.

026. Elogiar lo picha que le quedaba a Nicko “McBRIAN”” (SICK) su casaca albirroja con el numeral six six six.


027. Reflexionar: “Qué hecho mierda que está Dickinson. Pero qué buen traje que se trajo”.

028. Cagarme de risa cuando el vocalista se pasó la banderita de Mc Donald´s por el culo.

029. Rememorar que alguna vez parecía un chiste cuando los perros tiraban un: “SCREAAAAAAM FOR MEEEEEEE QUYQUYHÓ”.

030. Cantar solo “Kan ai plei guit maaaaaatneeeeees” por no saber otra parte de la letra.

031. Soltar un Wooooooooooooooooooooooooooooocuando iba a sonar: “The Prisoner”.

032. Viajar en el tiempo en mi memoria hasta el día en el que mi primo Gerardo me grababa: “2 minutes to midnight” en un cassette virgen.

033. La forma en la que ninguneé a: “Afraid to shoot strangers” por no conocer.

034. El tarareo del tararararararararararararararararárararararararararará” de todas las guitarras de: “The trooper” como si fuera que estaba viendo fútbol argentino rodeado de curepas.

035. La ida al carajo en el que me parecía el tema más emblemático de Maiden de todos los tiempos: “The number of the beast”.

036. La esquivada de mosh número 195, colocándome detrás de un remeri negri de lentes que no estaba ni ahí por empujarse con nadie, pero que si le jodían habilitaba una karateada al cuello sin mediar palabra.

  
037. Darme vuelta a mirar qué pasaba atrás, mientras se daban con todo al ritmo de otro hit de algún disco que nunca me prestaron llamado: “The phantom of the opera”.

038. Sentirme bien conmigo mismo por cazar el coro de: “Raaaaaan chu de geeeeeeeeelsssssssss, raaaaaaaaan foooooooorrrrrrrr youuuuuuurrrrrrrr laaaaaaaaaaaaivvvvvvvvvvvsssssssssssss”.

039. La asociación libre de ideas que me surgió entre el comienzo de: “Wasted years” y el: “Ey! Esa era la cortina de La sierra eléctrica que daba antes en la Rock and Pot”.

040. Cuando me agarraron del brazo, seguido de un: “Sssshhhhhh….. Callate un poco loco. Esta parte parece que es importante”. Y sonaron 10 minutos de: “Seventh son o a seventh son”.

041. La magistral manera en la que me pregunté: “Será que ha de estar caro ese súper pancho?”, cuando volvieron a hacerle a una música que yo no cazaba ni ahí, en este caso: “The Clairvoyant”.

042. Ahora siiiiiiiiiiii: Uno de los segmentos cumbres del espéctaculo, ese por el que había pagado los 165 mil del ticket a Campo y movido el culo hasta ahí: “FIIIIRRRRR OF THE DARRRRRRRKKKKK. FIIIIIR OF THE DAAAARRRRRKKKK!!!!!!!!!!”.

043. Calcular mentalmente que ni siquiera había pagado el ticket. Que me dieron uno de gentileza. Pero que estaba obligado a devolver el importe con especias (?).

044. El vago de ojos vermelhones que se pasaba tirando tierra, tratando de incidentarle a su oponente quien lo redujo algo así como 4 veces contadas, con la misma técnica de la agarrada y apriete de cuello.

045. Mientras Iron Maiden se explayaba desmenuzando: “Iron Maiden”, yo no podía dejar de mirar cómo seguía ligando el cuate de ojos vermelhones, a quien ahora, otros remeris negris trataban de auxiliar, pero que yo quería que muera nomás a ver si se dejaba de pelotudear con la mariconada de ensuciarnos con arena colorada.

046. ¡¡¡¡¡LE VI A EDDIE!!!!!. FOR REAL. No en la pantalla. Era un monstruo despellejado, cercenado a medio cuerpo. Llevaba algo en la mano izquierda que no alcancé a distinguir.


047. El headbanger pelilargui que tenía adelante terminó de atarse los cordones y ahí sí ya no me pidan que vuelva a describir nada de lo que pasaba en el escenario.

048. Al hacerse el silencio, aproveché correctamente para echarme un cloro.

049. A 19.523 personas se les había ocurrido lo mismo y me tuve que fumar una cola más densa que la del acceso principal.

050. Luego de sortear la posible inflamación de mi vejiga por soportar tanto alcohol en su interior, me introduje a la mítica escena de Trainspotting, pero en versión Disal.

051.  Autoobligarme a tocar con las manos desprotegidas la tapa de esa letrina del demonio, para poder continuar con mi vida.

052. Ser testigo de la estricta micromilésima de segundo en la que dos metaleros salían del mismo baño químico de 0,50 cms. x 0,50 cms.

053. Rascarme la cabeza fuertemente para olvidarme de la imagen de lo que pudieron estar haciendo adentro.

054. Retonar a mi posición original (frente a la pantalla o casi) para bancar todo lo que se venía.

055. Saludar en mi travesía a mi amigo Luigi La Muerte, que sorpresivamente estaba vestido de blanco xD

056. Al arrancar: “Aces high”, retroceder hasta la tierna época de mi infancia en la que este track ambientaba el tierno jueguito de computadora bautizado: Carmaggedon, en el que tiernamente debías atropellar ancianas para avanzar hacia los siguientes niveles.


057. Tratar de que todos los mega fans ultra súper true forever no posers que tenía en mi entorno no capten que solo pillaba la parte de: “TI IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIVIL (…)” y nada más, del coro de: “The evil that men do”.

058. No entender si el que lanzó un: “- Veo veo. - ¿Qué ves?. - Una remera. - ¿Qué remera?. - De Iron Maiden…..... (¿!?)” estaba burlándose de todos nosotros o what the fuck (?).

059. Agitar un poco (no mucho) la cabeza en: “Running free”. Pero por instinto nomás, para disimular, ya que tampoco la registraba un pomo.

060. Concluir que solo fui al concierto para escuchar “Always look on the bright side of life”.


061. Putearme ahí mismo por no haber visto NI UN FUCKING ROBOT !!!!!! :(

062. Tratar de descifrar hasta el final de la noche por qué coños los vendedores trataban de enchufarte cerveza vociferando: “IRON LECHE” y “SLECHER” (??).

063. El lomito árabe mixto que me comí después.

064. La Sprait que le siguió a ese lomito.

064. Sacarme todo tipo de partículas, polvo, escorias, hongos, pitufos y residuos de bosta de caballo de adentro de los championes.

065. Haberme encontrado con mucha gente de todo tipo a la que hace rato no veía: Gente muy buena onda. Gente de mierda. Y gente que no.

066. Inserte sus propios 600 momentos inolvidables de Iron Maiden en Paraguay de aquí en adelante xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxD



martes, 17 de septiembre de 2013

TU VIDA ES UNA MENTIRA ///// 1ROBOTCIEGO CRITICA LO NUEVO DE MGMT




Oficialmente, llegó uno de los días más importantes del año en materia de lanzamientos discográficos, ya que una de las 3 bandas que nunca me voy a cansar de escuchar (las otras 2 quizás sean Nirvana y Él Mató A Un Policía Motorizado): MGMT hoy esparce su esperma sonora por el éter para tratar de fecundar adicción en tus oídos.

Mis amigos Andrew y Ben, dos ultra-archi-nerds que desde el 2008 a esta parte se hicieron masters jedi en el fino arte de dejarte la cabeza hecha verga si quieren, y si no, no importa porque de todas maneras no podés reaccionar ante soberbio despliegue de artificios, vuelven 5 años después de aquel "ti-ri-ru-ri-ru-ri-rí..... ti-ri-ru-ri-ru-ri-rí....." tan endemoniadamente encantador de "Time to pretend" y traen 10 nuevos mp3 para sobrevivir a la empalagosa llegada de la funesta primavera (?).

Analizando detenidamente tema por tema, cualquier crítico real de discos podría tener apreciaciones más certeras acerca de la teoría y solfeo de la corchea sempiterna (?) de este nuevo trabajo del dúo connecticutiano. Pero como esto es un blog poco serio que maneja fuentes muy dudosas y el criterio de quien lo escribe es incierto, he aquí mis pareceres acerca de MGMT, el cd recién salido del laboratorio de MGMT.

01. Alien days:

En los primeros instantes, ya sentís que los jinetes del Apocalipsis vienen a devorar tu conciencia. Susurrándote pequeños mantras, tus sesos son engatusados por toda la eternidad. Lo que confirma que esta banda toda la vida se caracterizará por someter a que recojan tu cerebro con cucharita del piso del escenario donde quiera que los vayas a ver. Este inicio es música ideal para flotar en el vientre materno y pasar los últimos días del invierno en la trinchera de la mente, ya que se vienen tiempos donde vecinas se atormentan y es necesario que encontremos un escudo ante tanta polución de pobreza de contenido.


02. Cool song n°. 2:

Te teletransporta a una de esas novelas de Canal 9 que tienen algunas escenas en el desierto. Es una suerte de melodía de suspenso para adentrarte en terrenos llenos de oscuridad y telarañas emocionales y a través de esto, descubrir de qué estás hecho realmente. Los recitaditos que meten por la mitad son capaces de secuestrarte el alma, mientras una fauna espacial de soniditos se manifiestan por todas partes, creando un espectro auditivo que sería la envidia de una película porno con extraterrestres.


03. Mistery diseases:

Es una nave nodriza radioheadniana (??) aterrizando y aterrorizando todo a su paso. La bata constante se vuelve incisiva, marcando el paso de las tropas que desfilan en un cóctel de caramelos lisérgicos, mientras el resto de tu cuerpo no entiende lo que pasa y solo te dan ganas de apretarte las sienes y bailar como un loco sobre una paila en un precipicio (???).


04. Introspection:

Y si tenías ganas de irte al carajo en la sala de espera de alguna clínica por algún tratamiento denso de alguna enfermedad incurable, preparate a disfrutar de este espejismo pop al que trituran con arranques folk, un coro góspel, águilas sobrevolando el oeste y la voz sedada de Andrés, que seguro, una vez más, no está hablando de nada en concreto. Pero al menos se lo escucha convencido.....


05. Your life is a lie:

Si no es el tema del año le pega en el palo.  Ya que se trata de una de esas cachetadas que te dejan marcas para siempre, haciéndote dar cuenta de que todo lo que te rodea es solo falsedad, y que de nadie más que de vos depende estar contento o no con eso. Es experimentación al mango, en el que parece que dijeron: "Hagamos que cualquier ruido de mierda suene increíble!!!".


06. A good sadness:

Fue fabricado para meter miedo. De entrada, parece como que unas pinzas te recorren las venas buscando senhales de vida. Te deja ido. No sabés bien como reaccionar ante tanta volatilidad. Es un baldazo de lluvia ácida, que tranquilamente ha de ser el tema que más te chupa la energía en sus conciertos.

07. Astro-mancy:

Parece un jeep arrasando la selva, mientras persigue a un lince que busca llegar al centro de la Tierra para ganar el juego de las escondidas (!). MGMT es una banda complicada y se regocija en este tipo de manifiestos, que de tan etéreos: te elevan a 150 kilómetros del piso y te desafían a que te bajes solari, aunque ni puedas dominar la gravedad ni tu propio peso. Al final, te deja atontado y adormecido.

08. I love you too, death:

Es lo que siempre quise decirle a La Muerte cuando le vea. Ambientaron todo el terreno como un velorio. Y a medida que avanza la letra, todo parece ser parte de un ritual para despedir a algún cacique vudú. En segundo plano, se percibe una hippeada galáctica que de a poco se apodera del ritmo y te mete ganas de encarar rumbo a la mierda, improvisando un trencito en la oficina, poniéndote la corbata en la frente y estirárselas del cuello a tus compañeros del banco. O mínimo, de armar un cacerolazo: lo que ocurra primero.

09. Plenty of girls in the sea:

Y por fin después de tanta densidad, se respira una buena onda. Ya que este disco puede ser uno de esos viajes de los que nunca se vuelve del todo. Así que empezar a despedirse con esta cancioncilla, a estas alturas, es cuanto menos: estratégico. Excepto por una sola cosa: Ambos siguen siendo los mismos hijos de puta a los que les confiaste todo tu ser en los 9 tracks anteriores y te terminan destruyendo la paz interior, agregándole tecladitos psicotrópicos que disparan chirriantes quejidos durante un largo rato.


10. An orphan of future:

Es la cereza que te termina por arrinconar, para que no vuelvas a osar dudar de que son la última gran reencarnación de los dioses del rock. Solo superados tal vez (o no tanto) en el último año por Tame Impala. De todas formas, este cierre redondea un paseo a caballo en cámara lenta por una ciudad gris en un día lluvioso, que nos llama a la reflexión (?????) de que escuchar MGMT puede ser una experiencia sufrida, pero que según el estado de ánimo de cada uno, a veces resultará gratificante, para recogijarse en la podredumbre personal. Algo así como tirarle limón a la herida, cosa que a veces está buenísima.....


jueves, 12 de septiembre de 2013

PRIMICIA DE 1ROBOTCIEGO!!!!! SE FILTRA EN LA WEB EL NUEVO CD DE ÓSCAR PÉREZ.


El querido Óscar Pérez, popular músico y poeta folkloricotrónico de larga trayectoria en nuestra geografía, al frente de su trío de siempre que lo acompaña siempre, gentilmente nos llamó esta semana (por línea baja, desde uno de los últimos teléfonos a ficha de Antelco (?) que queda en AsunZión) y nos invitó a merendar a su casa, después de esquivar a sus perros rompebolas, galletitas Tippy y cocido, como verdaderos arrieros que se precian de tal, para comentarnos que: “tenía intenciones de hacernos partícipes de un hecho que conmovería a la ciudadanía toda”: el lanzamiento quincuagegegegegegegegegegegésimo de una obra maestra que nuevamente lleva su firma.




De esta manera, el artista nos presenta: “Óscar Pérez y su Alegre Fórmula 1”, un disco conceptual, que busca unir dos universos totalmente distintos, pero que en épocas tan carentes de contenido como la nuestra, en la que reinan el zapping, el randomismo y el cualquier-cosa-nomás-ya-traéme, pueden coexistir tranquilamente.

En esta nota, que fue lo que más o menos la producción de este blog pudo rescatar, porque del ladrido de sus canes no se entendía un coño, el compositor nos cuenta de dónde le vino la idea y cómo busca revolucionar el planeta Tierra con este descubrimiento.

1RC: “Buenas tardes Óscar, gracias por recibirnos en tu casa, es realmente un honor para nosotros que nos hayas invitado y estamos ansiosos por saber más sobre esto que ya nos anticipaste sobre tu nuevo material y queremos saber de dónde te vino la idea y cómo buscas revolucionar el planeta Tierra con este descubrimiento…”

OP: “ ¿¡ ¿¡ ¿¡ ¿¡ ¿¡ ¿¡ ¿¡ QQQQQQQQUUUUUUÉÉÉÉÉÉÉÉEÉÉÉ ?! ?! ?! ?! ?! ?! ?!”

1RC: “Decinos para qué nos llamaste…”

OP: “Esperá un poco, no se escucha una mierda.”

PLEEF: “Guau guau guau guau”.

OP: “Callensé pues ahí Perros Ladrando En El Fondo”.

PLEEF: “Buaaaa…. Buaaa…. Buaaaa……”.

OP: “Callensé les dije!!!. Yo mando acá!!!”.

PLEEF: “Ok”.

1RC: “Ahora sí. Contanos de qué se trata esto que te traés entre manos”.

OP: “Ah sí. Bueno, resulta que en los últimos tiempos me estaba sintiendo desganado. Cansado de contar nomás la guita. Hacer canciones como si fuera una fábrica de embutidos, sin amor, sin sabor, sin conservantes… no me llenaba más. Y me dije: A la puta, última vez que compro este choriqueso”.

1RC: “¿Y ahí fue donde te vino la inspiración?”

OP: “No, no, no. Eso vino 16 años después. Para que la creación se geste en tu mente, tenés que procesar mucho tiempo. Y después como si nada, aparece sola”.


1RC: “¿Cómo fue que surgió este trabajo entonces?. Andate al grano ya carajo. Hasta las 10 nomás hay mi colectivo…”.

OP: “El peor día de mi vida para mí son los domingos. Viste esa sensación de que al día siguiente es lunes? A mí me deprime desde el sábado a la noche luego ya. Entonces una vez haciendo la lista de compras de las cosas para el tallarín, un vecino puso María Escobar. Era demasiado temprano, pero por lo visto se le quedó en la cabeza de algún quinceaños del que se le habrá echado la noche anterior”.

1RC: “Heee. Y después??”.

OP: “Y en eso cayó un cuñado que es un hijo de puta. El hermano de mi señora. Siempre viene y atropella todo: usa mis shorts, pone fuerte mi equipo de sonido y agarra mi control remoto todo el día. Yo no le digo nada porque no me quiero pelear con la patrona. Pero me tiene los huevos por el piso”.

1RC: “Heee. Y después??”.

OP: “Y nada, esa vez entró, ni me saludó y ya puso nomás el Grand Prix de Checoslovenia y ahí mi cerebro dijo: TRUUUUUSSSSSSSSSHHHHHHHHHHHHHHH. Esa era la adrenalina que había estado buscando hacía 16 años. Pero como solo sé manejar caballos, no me iba a poder hacer competidor ni aficionado al rally siquiera, porque tampoco soy un pelotudo que se va a ir a perder su tiempo y llenarse de polvo en el autódromo ni al Chaco mucho menos. Pero algo tenía que hacer con eso. Algún tipo de homenaje o tributo o lo que puta sea”.

1RC: “Heee. Y después??”.

OP: “Y bueno, así nació ÓSCAR PÉREZ Y SU ALEGRE FÓRMULA UNO, una bandera a cuadros de emociones (??) que recorren las vueltas y vueltas que da la vida, hasta llegar a la pole position del corazón de tu amada”.


1RC: “Ah, mirá que loquito…”.

OP: “Sí”.

1RC: “¿Y despuééés?!?!?!”

OP: “Y nada, eso.....”.

1RC: “¿Cómo fue la experiencia de entrar al estudio?”.

OP: “Como yo no sé tocar ni mis órganos genitales, le llevé la idea de utilizar el folklore y encontrar un link con el automovilismo a mi amigo, el guitarrista Rudy Einstein. Pero él me decía que: “el 6x8 ya fue. Que la onda ahora era el E=mc²”. Yo no entendí qué carajo me quiso decir con eso y degeneré otra vez un buen tiempo”.

1RC: ¿Y cómo hiciste entonces?.

OP: “Como todos saben, con mi grupo estamos hartos de introducir sorpresas en el mercado nacional. Fuimos por ejemplo, los pioneros en grabar en formato disco laser y fuimos unos adelantados también en el registro fonográfico en el disco de empanada, gracias a los amigos del restaurant Don Pito. Entonces vos comés tranquilo y yo mientras te canto la polquita.

También fuimos el primer grupo que tocaba mientras hacía pipí al mismo tiempo, dándole la espalda al público. Después claro, vino Rosher Güoters y puso un muro para no verle. Y más tarde, Qué Hijo de Mil Yambay que fue más innovador y bueno, él ya no necesitó de un muro para no verle a su público.

Y por supuesto, de tan lejos que nos fuimos para lo que era nuestro tiempo, nos anticipamos y esquivamos también entrar en ese tipo de asquerosidades como las de Rammstein que te pueden traumar de por vida. Me recuerdo que después de ver aquel video en el programa <> de Jorge Puig Puig Puig, ya no pude volver a comer una bola de mandioca y huevo en toda mi vida”.


1RC: “No entendí un sorete, pero bueno… ¿Cómo estuviste tanto tiempo sin que se te ocurra absolutamente nada?”.

OP: “A mí por suerte me mantenía el Excelentísimo Señor Presidente y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Don Alfredo Stonerrs. Porque según él demasiado le gustaba mi programa que hace rato tengo en Radio Fernando de la Morgue. Y también por el éxito que tuve con el único tema que se conocía de mí hasta ahora, me pasaba un poco de platita el mismísimo Pablo Escobar, que compró todos los derechos para escuchar en la cama con su mina”.

1RC: “¿Cuáles son los tracks que más te volaron la peluca?”.

OP: “Me gustan 3: Uno que le dedico a mis amigos de Kamioneta Records que no me quisieron grabar en su momento, "¿Perro quien te creés que sos Willy Schumacher?". "La base de datos de virus ha sido actualizada", una viñeta que no sé ni cómo ni por qué terminó quedando en el cd, pero que ya me llamó mi amigo dj Paul Van Helsing a contarme que le hizo un remix, que está pegando con todo en Transilvania y "La última Senna de Ayrton", un reconocimiento póstumo a todos aquellos a quienes la muerte los agarra sentados”.

1RC: “¿Algo más que nos quieras contar antes de irnos a la concha de la lora?”.

OP: “Sí, estoy queriendo producir una película también. Se trata de unos carritos de súper que hablan y la historia transcurre en el estacionamiento. Ambos son manejados por dos criaturas de 13 y 14 años. El de 14 tiene una ventaja porque es más grande. Pero una rueda delantera de su carrito está atorada. El de 13 tiene todas las rueditas bien, pero es un año más inexperiente que su socio. Los carritos en sí, no tienen luego ganas de jugar a nada. Pero los otros como son chicos arman un kilombo ahí.  quiero que se llame. Voy a ver si le vendo a Disney ahora uno de estos días.....”.