lunes, 24 de mayo de 2010

Mambo baby! Mamboü!


Akuarius Bordeatus - Absoluto Rock - 21 de mayo de 2.010.
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Ok. Podría liquidar este asunto con un acróstico rápido e irme a ver mi novela de las 9. “Devastador”, “Omnipotente”, “Karmático”, “Majestuoso”, “Absoluto”. No, absoluto no. Ya usé esa palabra arriba. “¿Ascendente?”. No, muy débil. “Astral!!!”. ¡Esa!. Y es que cada vez que los Dokma vuelven a hacer lo único que les sale realmente bien, uno siente que está atravesando lugares comunes, pero obvio, no siempre de la misma manera. Un día puede tu tercer ojo despegarse de la frente y hundirse en terrenos espinosos con la rabia contenida de saber que no encuentra el camino y cuando llegue, ya la princesa habrá sido devorada por el dragón. Y otro día, puede directamente tratarse de la misma historia pero sin ningún personaje. Con lo cual, tu vista es sólo una cámara aérea que se mantiene en el estado contemplativo de la materia durante meses, ante la falta de guión y profunda estupefacción.


Pero ni bien los tipos pisan el escenario, nada le importa a tu materia gris que elige por cuenta propia evaporarse como si te frotaras la cabeza con Bob Esponja y después de eso, ya no sabés como acabar la noche. A veces pidiéndole al barman con senhas un electroshock. Y el resto, levantando el dedito que dice “por piedad, una vuelta más a la calesita”. Ya que todo parece que ocurre en 5 segundos entre alaridos, solos y flashes intermitentes que sodomizan (sick) a los fans, que más que fans se convierten en la flor más dulce, esa que nunca desearía ser arrancada y dejar de apuntar al sol, porque de todos los demás conciertos de por acá, nadie sale más feliz que después de verle tocar a Felipón y Jurú juntos. Y qué mejor que esta vez con (I shot the) Sheriff Hámster, Oliver (la densidad) Barúa, Willy Quiávez, el violinista más chino de AsunZion: Esteban Wood y hasta con el chivo ausente, Neine.


Es así, como el día después de manhana llegó después de su respectivo manhanero nocturno. Y los continentes chocaron estallando desde el océano, entrelazando los hits del Afroloko que desembarcó de esclavo en la Amerikachorros, arreado por el Eurofeo invasor, con la precisión de un albanhil que desde una altura abismal no puede errar un centímetro porque muere, y con la limpieza acústica de un i-Pod que uno nunca tuvo, pero que te hace sentir que por más que entraras en tu culo, escucharías todos los temas exactamente con la idéntica complejidad con la que fueron registrados en las grabaciones del Limbo, o en Altos o en lo de Steven o en donde puta sea. 


En fin, esta reunión enana trajo mucho más de lo que se esperaba. Y eso que la expectativa igual, fue de un límite infinito. Pero los muchachitos una vez más, pelaron sabiduría y se confirmaron como la gran “BANDA” de Paraguay. La única que puede irse, vomitar y volver con la misma frescura que conservan los amigos que se separaron mucho tiempo, pero que al reencontrarse, siguen hablando como si nunca se hubieran separado, de las mismas chanchadas psicópatas y mensajes subliminales, que merecen más que una simple nota basada en un acróstico. Aunque si mencionamos que también fue “Denso”, “Oscuro”, “Kilombero”, “Mitológico” y “Antagonista”, tampoco estaríamos mintiendo demasiado, no?.


Felicidades a los perros y que sigan per sécula seculorum !!!!!