lunes, 31 de mayo de 2010

Colección Otonho/Infierno


Visto y considerando la colgadera de mi disco rígido mental, buscando un poco de inspiración, esta manhana revolví un par de cajones, de esos en los que las aranhas trabajan como proxenetas de las abejas reinas para poder pagar la pensión al tiempo que tejen sus lupanares, y en eso me di cuenta de que la vida en serio, créanme, nunca va a ser perfecta, y sobre todo, tampoco será justa. ¿Tiene un televisor el derecho a quemarse por que sí?. ¿Es posible que internet funcione tan lento en esta parte del planeta?. ¿Puede un solo presidente acabar con el hambre en el tercer mundo?. Y nada, el momento en el que me di cuenta de que todo estaba para atrás, fue cuando intentando responderme estas preguntas, salí corriendo desnudo hasta la esquina echando spaghetti por la boca y blandiendo un crucifijo al aire en nombre de Scooby Doo.

Bien abrigados, todos los vecinos estaban pendientes de lo que iban a almorzar y de lo bien que le había ido en el amistoso ayer a la Selección, así que nadie se inmutó en lo más mínimo y sus peinaditos “paquetos” no sufrieron brushing alguno. En medio de mi incipiente depresión, igual pensé, que si yo no digo esto, nadie lo va a escuchar. Y no me refiero a aquellos bochornos espectaculares que todos los días se comentan por ahí, sino justamente a las cosas que nadie ve, ni siquiera yo.

Por eso, hoy a punto de cumplir 5 meses de no llevar la cuenta de nada, este ciervo del monte, decide una vez más, perderse en las entrañas de la mina, para extraer el más puro néctar de lo que a nadie le importa. Así es señora/señor!!!. Pase y deléitese en este que es SU ESPACIO!!!. Su robot amigo, decide volver por las buenas y sin ánimos de lucro, a lucrar con su estado de ánimo y devolverle lo que esta sociedad le arrebató de los ojos!!!. Juntos viajaremos a rincones impensados de la memoria, en los que sólo reina la paz y la armonía. Descansen sus ideas y recuéstenme sobre el altar de sus emociones. ¡DADME UN TECLADO Y UN MOUSE! ¡Y YO ENCONTRARÉ LA CURA A TODOS VUESTROS PESARES!.

Siempre que tenga ganas, al menos.  

De todas maneras, y contra todo tipo de contratiempos concebidos por el hombre, esta “bonita página” hace trasbordo y continúa la travesía hacia la nada misma, que es el lugar que cual lobeznos recién nacidos más acogedor sentimos, pero nunca lo confirmamos sino hasta que llegamos ahí. Desde hoy, hagamos de cuenta que arranca la segunda temporada de la otra mitad virgen del tercer cuarto de luna septentrional que se esconde detrás de la planta de mango que tengo atrás, lo cual, no significa que tenga que ser feriado ni mucho menos, así que todo indica que me tengo que poner a trabajar y recobrar vuestros sesos que dejasteis por ahí desparramados, visitando blogs con disenhitos y herramientas acaso más coherentes, pero seguro que igual de turbios y mezquinos.

Tal es así que desde manhana, cuando me recupere de esta suerte de posesión demoníaca que sufro del coxis para arriba, tendrán frente a su monitor, nuevas secciones, contenido más dinámico, un dialecto digerible por todos y por supuesto, un renglón que venga al final y refute todo lo que con tanto esmero se construyó desde que tiempos de antanho en los que las Barbies® venían con sus Kent encendidos y a medio fumar.

Sean todos bienvenidos. (O no).

lunes, 24 de mayo de 2010

Mambo baby! Mamboü!


Akuarius Bordeatus - Absoluto Rock - 21 de mayo de 2.010.
*****

Ok. Podría liquidar este asunto con un acróstico rápido e irme a ver mi novela de las 9. “Devastador”, “Omnipotente”, “Karmático”, “Majestuoso”, “Absoluto”. No, absoluto no. Ya usé esa palabra arriba. “¿Ascendente?”. No, muy débil. “Astral!!!”. ¡Esa!. Y es que cada vez que los Dokma vuelven a hacer lo único que les sale realmente bien, uno siente que está atravesando lugares comunes, pero obvio, no siempre de la misma manera. Un día puede tu tercer ojo despegarse de la frente y hundirse en terrenos espinosos con la rabia contenida de saber que no encuentra el camino y cuando llegue, ya la princesa habrá sido devorada por el dragón. Y otro día, puede directamente tratarse de la misma historia pero sin ningún personaje. Con lo cual, tu vista es sólo una cámara aérea que se mantiene en el estado contemplativo de la materia durante meses, ante la falta de guión y profunda estupefacción.


Pero ni bien los tipos pisan el escenario, nada le importa a tu materia gris que elige por cuenta propia evaporarse como si te frotaras la cabeza con Bob Esponja y después de eso, ya no sabés como acabar la noche. A veces pidiéndole al barman con senhas un electroshock. Y el resto, levantando el dedito que dice “por piedad, una vuelta más a la calesita”. Ya que todo parece que ocurre en 5 segundos entre alaridos, solos y flashes intermitentes que sodomizan (sick) a los fans, que más que fans se convierten en la flor más dulce, esa que nunca desearía ser arrancada y dejar de apuntar al sol, porque de todos los demás conciertos de por acá, nadie sale más feliz que después de verle tocar a Felipón y Jurú juntos. Y qué mejor que esta vez con (I shot the) Sheriff Hámster, Oliver (la densidad) Barúa, Willy Quiávez, el violinista más chino de AsunZion: Esteban Wood y hasta con el chivo ausente, Neine.


Es así, como el día después de manhana llegó después de su respectivo manhanero nocturno. Y los continentes chocaron estallando desde el océano, entrelazando los hits del Afroloko que desembarcó de esclavo en la Amerikachorros, arreado por el Eurofeo invasor, con la precisión de un albanhil que desde una altura abismal no puede errar un centímetro porque muere, y con la limpieza acústica de un i-Pod que uno nunca tuvo, pero que te hace sentir que por más que entraras en tu culo, escucharías todos los temas exactamente con la idéntica complejidad con la que fueron registrados en las grabaciones del Limbo, o en Altos o en lo de Steven o en donde puta sea. 


En fin, esta reunión enana trajo mucho más de lo que se esperaba. Y eso que la expectativa igual, fue de un límite infinito. Pero los muchachitos una vez más, pelaron sabiduría y se confirmaron como la gran “BANDA” de Paraguay. La única que puede irse, vomitar y volver con la misma frescura que conservan los amigos que se separaron mucho tiempo, pero que al reencontrarse, siguen hablando como si nunca se hubieran separado, de las mismas chanchadas psicópatas y mensajes subliminales, que merecen más que una simple nota basada en un acróstico. Aunque si mencionamos que también fue “Denso”, “Oscuro”, “Kilombero”, “Mitológico” y “Antagonista”, tampoco estaríamos mintiendo demasiado, no?.


Felicidades a los perros y que sigan per sécula seculorum !!!!!

lunes, 17 de mayo de 2010

Drama$ Grati$


La cosa fue así, como después del iskeu fest hacía tiempo que no le jugaba a mi cuerpo al igual que el Dr. Hoffman con este gato, y muy a pesar mío de haber subido 7 kilos en sólo un mes de revientes, decidí que todavía habían cosas más extremas por experimentar. Y ya que unos días atrás, justo llegando tarde a mi laburo en una de esas manhanas en las que me enfrasco leyendo mi libro en la línea 31 sin darle bola ni a una manada de zombies extraterrestres que venden desde cortaúnhas encarnadas hasta molotovs caseras, nadie supo por qué levanté la mirada y me detuve en un pasacalles que me reveló la profecía de lo que sería mi fin de semana: “DAMA$ GRATI$ EN EL ANIVERSARIO DE EUFOOOOORIAAA…..”.

Helo ahí. A sólo unas 20 cuadras del cuartel general de este Robot apátrida que a falta de lesothenses realmente copados, va a hinchar por Paraguay durante el Mundial, el cheguevara® de las villas, el pulmotor de las barras bravas y el creador del sonido más gelatinoso de las fiestas de quince en los últimos 5 anhos, Pablo Lescano, tocaba con su troupe. Boooooludo, yo tenía que estar ahí para contárselo a todos ustedes, manga de fucking sobrevivientes del penúltimo de los cataclismos cósmicos.

¡Claro!. Porque no todo es adorar a Lucifer en esta vida, me calcé mi estrés en la espalda, me chupé un par de birras para subirme al tren de la locura y por las dudas, me aseguré de llevar como guardaespaldas a mi amigo “Pete”, gran catador de estrógenos. Y de esta manera, pasamos por debajo del viaducto de 4 Mojones (levantando la patita por cábala) a bordo de un taxi destenhido, cuyo conductor con tal de meternos el dedo en el culo con el 30% extra, nos pintó un escueto panorama sobre la inseminación de la corriente avant-garde para forjar el movimiento kraut en la Alemania de los anhos 60 y que las minas que farrean en coyote son igual de putas que con las que estamos a punto de cruzarnos, y nos bajó frente a un lomitero a escasos pasos de la disco tropical, no sin antes, obvio, meternos el dedo en el culo.

Exceptuando el traslado, la historia iba de pelos hasta que el chef callejero me advirtió que el grupo tocaba tipo 4 de la madrugada. – “QUÉ!”- le dije. Todo bien loco, pero yo sufro de narcolepsia, pensé. Mientras “Pete” se reía como una hiena automedicada de un cartel publicitario con horrores de sintaxis. Sin taxis lo que debería funcionar el mundo, sentencié. Pero a mí qué me calienta si total no pagué yo?. Bueh.

Después de dar un par de vuelta estrellas, nuestro sándwich mental ya tenía todos los condimentos para ser parte del show. En la puerta de acceso, el VIP costaba mil guaraníes (un cuarto de dólar) más caro que las entradas generales. ¿Cuál sería el chiste?. Unos canas nos palparon las entrepiernas con el carinho de una abuelita que acaricia a su perrito recién operado de las tetas y nos dejaron pasar. Al entrar, “Pete” se perdió entre la muchedumbre y volvió 150 minutos después despeinado, roto y mal parado, pero el par de latas que traía en ambas manos estaban tan intactos como su moral.

Yo me había anclado sobre una baranda a apreciar cómo la gente bailaba reproduciendo una coreografía perfecta de la peor cachaca del universo, mixada con una electrónica berretísima a la que incluso le faltaban un par de décadas más para acá, para ser consideradas “retro”. De todas maneras, lo que importa es la actitud, supuse. Al tiempo que una gordita no tan fea se descosía sobre la pista, rozándome en cada “hasta abajo” la cara externa del muslo izquierdo. Decí que no había lugar y que me estaba durmiendo de pie. Porque en serio, no pensé pasar por esto, eh!.


(continuará)