Hoy mi espacio fue sobrevolado por un pajarito enorme que lo convirtió en una jaula de gigantescas dimensiones. Al sentirme acorralado por la idea, no supe reaccionar y cometí la estupidez de echarle la culpa al calor de la tarde y le di "ON" al ventilador de techo, sabiendo sin mayores remordimientos que las alas y aletas podían tener un encuentro cercano de cualquier tipo. Pasaron horas y yo subí y bajé mil escaleras. Cuando volví, sentí que el animal estuvo esperando todo el tiempo para mostrarme su divague. Y en plan de kamikaze se lanzó hacia el aparato para incrustar una parte de su cuerpo en él y caer herido como el héroe de guerra de una patria pobre de la Europa gris. Del cielo llovieron plumas y el ave anidó entre almohadas, respirando con todas sus fuerzas e irradiando rabia en el zafiro que miraba desde su cabeza. Cuando lo quise agarrar, la impotencia de descubrirme un poco humano me carcomió los circuitos y salí.
Todavía no vuelvo a casa, pero si él sigue ahí o dondequiera que esté, me gustaría dedicarle estos "5 NON-VIDEOS PARA VOLAR".
005 Aprendé.
004 Practicá.
003 Meditá.
002 Prendele.
001 Y Despegá.