Jajaja. Mentira, no vamos a
hablar de eso. Pero tenían que ver sus caras al leer el título. El
sensacionalismo hace ese tipo de cosas por el bien de uno, ya van a ver que no
van a faltar adolescentes con las hormonas al palo que le van a dar click sólo
porque el post comienza con la frase “lo que nunca te dijeron”. Lo demás, es
anhadidura. Aunque si se copan algún día, podemos invitar a un exorcista para
que expulse a los demonios de sus heladeras. En fin, lo que hoy nos reúne tiene
mucho que ver con todo esto, aunque no así, expresamente que le dicen. Pero sí.
Usualmente los domingos, desde tiempos de Don Corleone, los parientes de hasta
la tercera generación se juntan a almorzar, compartir algún que otro chisme, ensalzar
(y ensalsar) LA PASTA DELLA NONA® y ya bien entrados en confianza cual Montescos
y Capullettos, conspirar, maldecir y jurar venganza contra otros clanes por
alguna huevada que se haya mandado uno de sus miembros. ¡Qué largo este
párrafo!.
Extranhas veces, esto ocurre
con gente de la misma sangre, pero ahí los tienen a Caín y Abel; los hermanos
Gallagher ymmmm……. esteeee……. qué se yo.... otro de par de hermanos que se
recaguen a trompadas. Hoy (como saben ahora tenemos secciones temáticas todos
los días, si no fíjense desde acá), en nuestro RANKING AL GAS, les traemos (yo
& mis otros yo) “EL TOP FIVE DE LOS PEORES ALMUERZOS FAMILIARES TERMINADOS
EN TRAGEDIA!!!!!”.
Pero esto no es todo lazys
and gentlemads, como los Lunes tenemos el ROBOCOMBO, el post de hoy se viene
con 2x1. Y por eso, les ofrecemos “EL TOP FIVE DE LAS MEJORES BANDAS SONORAS PARA
COMETER HECHOS DELICITIVOS”. Aquí los tienen:
PUESTO NÚMERO 3: FAMILIA PEÑA
(pegadito a mi casa).
Ponele que estaban comiendo
gnokis. El primer round ya se arrimó cuando uno de los tíos que hace rato no
aparecía en estos convites, le pidió la sal a uno de los comensales. En
respuesta, éste le dijo “SAL”. En el acto, el hijo (primo de los otros), que desde
que llegó tuvo ganas de demostrar su masculinidad delante de la abuela, ahí
mismo peló un machete y partió el tupper de la ensalada de cebolla en dos. Sentenciando
después: “A mi papá no le echás de tu propia casa carajo!”(?). Ahí,
mientras trataban de reanimar el corazón izquierdo (?) de la Abu, el cunhado al
que nadie soporta se paró y agitando sus brazos como si fueran alitas de pollo para
tratar de apaciguar a todos dijo: “Eeehhhhh, calmensé lo´muyayo. Acá venímo a
divertiiiir. ¡A divertiiiiiir venímo!”. A lo que el primo del machete y los gemelos
duenhos de casa contestaron con un severo machetazo en el bocho y en su abdomen
dos Tramontinas (antes que sirvieran el tramontana, pobre). Todos, se deshicieron en aplausos y vítores.
PUESTO NÚMERO 5: FAMILIA
OKINAWA (Embajadores de Japón en Paraguay).
Este caso, fue durante anhos
“Secreto de Estado”, hasta que bueno, yo se los acabo de contar. Resulta que un
día, los Okinawa tuvieron que viajar porque a Kinhaki, la hija del medio, le
entraron ganas de convertirse en estudiante de intercambio y quiso conocer
Japón. Para instalarla en su país de origen y de paso, traer al ninho paraguayo
(?) que viviría con ellos ese anho, todos en casa menos el pokemon, se tomaron
un vuelo a Nara. Ya en el avión, y para olvidar la tristeza de tener que desprenderse
de su pequenha, los papis embajadores, quisieron gastarle una última bromita carinhosa,
retándole a comerse el Unagi con palitos chinos. Cuando ella les preguntó que
si estaban locos o qué, que ellos eran japoneses, don Okinawa le extendió un
nunchaku. “Fiuuuuu”, respiró aliviada Kinhaki, confirmando que sólo se trataba
de un tierno chiste de tinte nacionalista. Hasta que decidió agarrar el arma de manos de
su padre y tomar con él los alimentos para llevárselos a la boca y de ésta
manera demostrarles a ambos que sí podía hacerlo. Todo iba a bien hasta que una
turbulencia descarrió la aeronave y la ninhita terminó sus días atragantada con
el par de nunchakus y ahorcada con la cadenita. Bajón.
PUESTO NÚMERO 1: FAMILIA
FELLATIO (esta me contaron nomás, yo no vi).
A esta peculiar estirpe, les
encantaba intercalar las comidas, es decir: se desayunaban una buena costeleta
de cerdo. Almorzaban facturitas con un cortado. Merendaban caldos NOOOR. Y cenaban
liviano, un yogur con cereales, esa onda. Cuando el más chico de los hijos,
volvió temprano un día del colegio, aparentemente por una indigestión
ocasionada por la doble repetición del menú, el papá Fellatio, le dijo a mamá
Fellatio, que esta forma de vida era una cagada. Que ya de él, todos se reían
en el trabajo. Y que qué mierda les costaba ingerir cada cosa a su hora como las
personas “normales”. La senhora, indignada, pero ni corta ni perezosa, siguió
condimentando los arándanos a las 6 de la manhana. Pero ese mediodía, al teté
le tiró batracotoxina y el marido ya no le dio para dormir precisamente la
siesta.
PUESTO NÚMERO 4: FAMILIA
REYES DE LA SOTA (pegado a la otra derecha de mi casa).
Para ser sinceros, ellos no
fenecieron durante el almuerzo. Sino más bien, lo hicieron cuando el postre. Que en este
caso se trató de unas 18 botellas de ron rancio. Mientras iban por la trigésima
cuarta mano de truco a plata, el padrastro de los 18 hijos, cantó falta envido,
truco y flor chaquenha. Cuando todos le gritaron: “QUIEEEEROOOO!!!!!” al
unísono, se olvidó que él les ensenhó la artimanha de tener siempre
guardado un az de espadas de otra mano. Y como de lo hechoguaska que estaba, también se olvidó que
se había olvidado el suyo, perdió peor que si le hubieran cercenado en
pedacitos con los tentáculos de langosta que sobraron en la mesa. Cosa que después,
realmente pasó porque no tenía para pagarles a todos. Lo loco
fue, que al día siguiente los chicos le dieron vueltas al spiedo y se lo
clavaron enterito, y volvieron a las partidas, que de esta misma manera, fueron cobrando víctimas
hasta que entre sí mismos aniquilaron su árbol genealógico.
PUESTO NÚMERO 2: FAMILIA
ROBOT CIEGO (entre la casa de un vecino y la del otro).
Después de cenar un mixto,
acabo de matar unas 20 a 24 neuronas. ;P
2 comentarios:
Yo queria leer sobre satanismo, que mala onda :(
Y "LO QUE NUNCA TE DIJERON" NIO DICE EL TÍTULO.
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