lunes, 17 de octubre de 2011

LA LEYENDA DE LOS GANSOS FAQUIN´ ROSADOS.


Bah. Nunca supe si eran rosados tampoco. Juro que estaba tan pero tan lejos que tuve que imaginarme nomás el concierto. Mientras el delirio afuera parecía quedarse sin pilas, el Hippiédromo de AsunZión me recibió poco pasadas las doce de la noche de antes de ayer (sábado), para verle a una de las 3 mejores bandas de todos los tiempos literalmente moler carne a escasa media hora de donde queda mi casa (Nota de la redacción: Las otras 2 son Nirvana y que Café Tacvba, Queen y Dokma jueguen yapeyú).

AXL FAQUIN´ ROSE también acababa de llegar. Un helicóptero que se confundía entre las estrellas, aseguraba inconfundible que el verdadero rock de estadios (de esos que NUNCA se vieron por estas latitudes) se estaba manifestando con la intensidad de una enfermedad venérea en los organismos de 70 mil hechobolas, que con más o menos fuerza, nos apilamos alrededor del santuario magnánimo de leds montado sobre caca de caballo, para alabar al dios de la hechaputez.

La naftalina del ´93 se olía en las remeras de los perros. Y allááááááááááááááááááááááááááááááá un munheco vudú disfrazado de ¿Kid Rock? se deshacía en gemidos inauditos para desmemoriarte al punto de que necesitabas parar un rato y decir: “Hijo de puta!. ¿Qué estaba haciendo la primera vez que escuché ese tema?”. O incluso esbozar un: “Chau, ¿dónde estoy?”. Y es que haberlo visto tantas veces en Xmtv o en el mismísimo “La Movida” cuando Yoryi Puick era hombre todavía, y haber llegado tanto tiempo después para tenerlo ahí, tan pixelado en esa feroz pantalla, te sacaba muy-muy de contexto mental (a mí por lo menos sí).

Por suerte, no calentaba donde mierda estábamos. Todo lo que importaba era saber qué nuevos trucos tenían para nosotros los chinos, aparte de la democracia. El respaldo audiovisualenho, estuvo a la altura de lo ¿esperado?, ya que parecía un home theather gigante pelando secuencias gráficas animadas salidas de un Winamp 5.621 cualquiera (lo que terminó tranquilizándole a mi psiquis).

En eso, cuando todavía no defino bien en qué montículo de arena me voy a parar, a mi costado un ejército de casacas negras y raros peinados viejos avanzaba con furia asesina para llegar hasta ese centímetro de espacio que define qué tantos amigos vip tenés como para que alguno de los músicos te acierte un escupitajo, o no. Y allí estaba el balín de goma para reprimir intento alguno de subversión suburbana.

Mientras, en el ombligo del mundo, los clásicos no descansaban un ápice. Tampoco era un hit tras otro, pero si el show fue prolijito tiene mucho que ver con el nivel unánime de voltaje que descargaron las guitarras siempre. Pero aparte, mientras un gordo a mi lado gritaba: “DALE PUES ACSEL!!!!! SUBILE YA A UNA PUTA Y TENGAN SEXO EN VIVO!!!!!” (siiiick), ¿quién carajo puede creerse uno para discutirle algo a un man que no solamente construyó un viaducto copado entre la significativa e importante basura que representa el metal más radical y lo tragasable de tocar puras baladas?. ¿Alguien que tire la primera piedra?. ¿Nadie?. Ok.

La cosa se iba poniendo densa. Ya que si no tenías un buen registro, te perdías entre la multitud estando quieto hasta que algún tema conocido te aterrice el vuelo. O era eso, o dejarse llevar por las especialidades del chef Dj Ashba, que si bien cocina con las recetas del tío Slash, le hace quedar como un maraca por haberse bajado del micro antes de llegar a la parada IsCity. Entonces el cielo se ponía más radiante, casi que podía tocárselo con la punta de una unha encarnada y dibujar en él Godzillas saqueando estaciones de servicio o lo que quisiéramos. Las posibilidades se revelaban infinitas.

De repente, un ganso te hacía darte cuenta que todavía estabas en el planeta Tierra hablando pavadas sobre tópicos tan tripolares a los acontecimientos que se sucedían como por ejemplo: los WachituRRRRRoh (en serio pasó eso). O agitando sus tetas de rugbista pasado de postres muy cerca de tu entrecejo al grito de “Vaaaaaaaaaaaaaamooooooooooooooooooo”. Tenía dos opciones, invocar con todas mis fuerzas a un patatús que me fulmine de un rayo letal o bancar y descubrir por qué Jesús, por qué? ese viejito que en la vida real es un delincuente serial con cada una de las letras tiene inmunidad política para irse de trolas con el mismísimo Benedicto también si quiere.

Y es que sus himnos, ya sonaban en la placenta tanto de cada individuo que pagó la entrada y formó fila como de los que vivían a la vuelta y simplemente treparon la muralla para ver por lo menos un segundo al ídolo de las multitudes globales (?). Por él podríamos morir y nadie sabría por qué. Si había que romper todo por estar ahí, que el universo cague fruta. Porque podrán bombardearlo con toneladas de estiércol, podrán pedirle que toque una que sepamos y que se deje de joder con su ondita que escribió hace poco, o podrán decirle que se apure que hay que volver a casa, pero lo que jamás van a poder hacer es sacarle un flash del mérito de calzarse todas las manhanas las botas de AXL FAQUIN´ ROSE.

5 MOMENTOS ÉPICOS SIN NINGÚN ORDEN APARENTE:

1- El recuerdo de Terminator 2 en #You could be mine.
2- Las ganas de ver un capítulo de #La Pantera Rosa ahí mismo.
3- El final de #November rain.
4- La intro de #Another brick in the wall.
5- El #cocacolero que vendía #vino en cartón (!!!).


 


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