martes, 27 de septiembre de 2011

1ROBOTCIEGO VIO A ÉL MATÓ A UN POLICÍA MOTORIZADO.



Mientras el Reino del Revés se deshacía en hecatombes disonantes (?), en medio del Casino de AsunZión by Worest, la noche del sábado 17 de septiembre pasado, se tinhó de un luto horrible. La justicia tal y como la conocemos fue avasallada por Santiago Barrionuevo (alias Santi Motorizado), un ewok gigante que comandando la escudería motorizada detrás de su bajo, regaló a unos 10 megafanáticos el mejor concierto de sus vidas.

De entrada, el lugar se empalagaba de pülenta. En el aire se percibía una tensión, que simbolizaba el himen que los 5 integrantes de la banda más indiestructible del planeta debían atravesar a puro kraut rock violentísimo, cual zombies-piqueteros-desquiciados devorando a un albino devenido en lomito árabe, para una película de clase Z que tranquilamente pasarían un domingo al mediodía en i-sat.


Las condiciones se dieron irremediables. La clausura del primer local designado para el desconcierto, presagió un divino kilombo, que se dio en medio de fichas de casino, pedos atómicos y un público atípico. La noche inició con la presentación de LOS CHOMOS DOL MOMONTO, quienes destriparon la ansiedad entonando sus clásicos gritos de guerra fría, sonidos nüovos y estrenando la incorporación ocasional del violinista más chino del Paraguay.

Sin embargo, la previa ya se había pronunciado intensa. Tan solo intercambiar unas palabras con cualquiera de los visitors había resultado tajante, ya que todos tenían una verdad a flor de lengua para tirar. El guitarrista PANTRO PUTO por ejemplo, me contó que su nick nació de uno de los personajes de Thundercats que había incorporado en un fanzine al que nadie sabe por qué, vos debías enviar tus comentarios a pantroputo@algo. Por su parte, el otro guitarrista, NINHO ELEFANTE (apodado como "el Johnny Greenwood curepa" por @eldrigs) se sorprendió cuando vio las almohaditas con los artes de la trilogía de sus discos que hablan del génesis, la vida y el apocalipsis que les di a firmar admitiendo que fue lo más loco que se le pasó por en frente. desde que había llegado. Posta. Punto para el robot. 




Del batero Dra. Muerte y el teclas Chatrán Chatrán, poco puedo decir de antes de verlos en escena, salvo que uno me graffiteó una súper calavera en las fundas y que el otro me pidió que le devuelva el marcador que me robé porque tenía que hacer el setlist (arrollador por cierto). En paralelo, la cosa se iba poniendo cada vez más hermosa: amigos a los que no veía hace tiempo, badulaques que acababa de conocer mezclados con seres de otros planetas, se iban agolpando frente al podio de la futura consagración de la promesa convertida en la realidad más impredecible de la música argentina contemporánea. Todo esto, sumado a un clima extremo de fiesta, que venía anticipando que la orgía mental sería completa.


Cuando se subieron a la tarima, el delirio se manifestó en un sudor colectivo disparado desde lo más profundo de nuestras sienes, pasando por cada esquina de las anatomías arrinconadas ante tamaño espectáculo (si bien precario en parafernalia, grotesco en magnitudes psíquicas). 

No se podía dejar de gritar cada sílaba como si fuera la última de la existencia. Los cuerpos, sí, tan solo los de esa decena (o veintena) de enfermizos personajes, se agitaron como nunca moviendo unos grados la órbita de la Tierra.

Todo parecía desmoronarse, mientras a los vagos se los veía dominando su territorio y meando metáforas sobre nuestras cabezas ultra despreocupadas por emanar olor a teen spirit. Su técnica y táctica fueron simples, no había secretos: La cuestión era hacer un hit tras otro. Y convertir a esa masa de gente que tenían delante en una troupe de ninhos recién fugados de la escuela que se roban un auto y se pegan un road trip hacia la Cordi.


El fútbol también estuvo donde tenía que. Antes del show le ofrendé al person mi remera del 2001 del glorioso y populoso Ciclón de Barrio Obrero, con la que Virgilio Ferreira le hizo un golazo en el último minuto a Boca y les eliminamos de la Mercosur!. Porque eso es Él Mató, estribillos que te paran en el medio de tu tribuna favorita a hondear trapos a los cuatro vientos, sin más sentido alguno que sencillamente sentir amor por algo/alguien. Punto para el robot.

Es música para agarrarte la cabeza al primer compás y decir: “Booo luuu do!!!”, para acto seguido bailar cual Chubby Checker y derramar Heineken sobre tu tortuga ninja. Ya que cada riff puede llegar a definir en dos notas el pulso de los tiempos que se avecinan. De esta manera, su show fue avanzando mágicamente entre desparpajos sonoros que sonaban a Beethoven versionando a los Ramones. 


El pogo que se armó fue lo más unido que vi durante toda mi ceguera. La headbangueada era tan sincronizada que uno podía alucinar tranquilo, sin temor a romperse la cabeza, bueno, por lo menos no taaan literalmente, lo que le dio a toda la experiencia el changüí de que aunque en cualquier momento alguien efectivamente asesine a un agente del orden, igual iba a estar todo bien (?). Punto para la organización del evento.

Finalmente, habiendo hurgado con destornilladores nuestros sesos hasta desmemoriarnos de qué temas podían estar faltando en la performance, la despedida arrancó lentísima. Y en conjunto, los ojos cerrados de los espectadores le pedíamos cada uno a  sus respectivos esqueletos, resistir solo un poco más. Una arribadita. La consagratoria para los extraterrestres de la Plata. Y se dio nomás: subida al stage incluida. Rajada de patovica. Desenfreno y conmoción se revolvieron cual ingredientes de Puretón con Pulp® pomelo y el caos se detuvo. El huracán desapareció absorbiendo todo el desastre desde su ombligo. Y solo nos quedó mirarnos a las caras angustiadas de éxtasis.


Lo que habíamos esperado tanto tiempo, acababa de morir dejándonos un tatuaje en las pestanhas de haber vivido algo sin ningún tipo de precedentes. Nada quedaba más que abrazarnos y chocar en alto la cornucopia de la abundancia, esperando encontrarlos nuevamente en otra ocasión. Quizá más tarde ese mismo día en el “Breathe”… o al día siguiente en la Terminal de Ovnis…


PD: Como era de esperarse, me pasé toda la madrugada esquivando patrulleras cual malviviente velociraptor (?).

3 comentarios:

1RobotCiego dijo...

Algunas fotos son de acá: http://www.facebook.com/#!/media/set/?set=a.252444991464496.55587.140364242672572

Sebastián Pandolfi dijo...

hola, se que este post tiene mas de dos años pero quizás me podes dar una mano. Tenia ganas de hacerme una remera del mato y vi lo buenas que te quedaron las almohadas, las hiciste vos? sino, me pasarías el contacto?

1RobotCiego dijo...

mandame tu dirección a @1ROBOTCIEGO en twitter. saludox

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