Vampire Weekend – Contra (2010)
***
Volvió la alegría vieja. Aquellos amiguitos de la universidad de Oxford, que en el 2008 se metieron entre los grandes hitmakers de escala global, editan mañana su 2do. disco “Contra”, manteniendo su esencia de banda-en-la-mira-del-mundo-que-sin-arriesgar-demasiado-puede-encontrarle-la-quinta-pata-al-ganso, para mostrar un producto redondo, pero que aún luego de las primeras escuchas no sorprende más que su antecesor homónimo, que te colgó a los dos toques con su track insignia “A-Punk”.
Hay que realizar además un apartado, para dar por sentado que los Vampire Weekend tienen un humor muy british para ser tan neoyorquinos. El trasfondo de los chistes sólo los pillan personas con el IQ por arriba de 101. Pero no por el hecho de que lanzan cualquiera ni por el lado del “Uy! Qué locos que estamos……”, sino por el grado de nivel intelectual que los caracteriza.
¿De qué estoy hablando?. Nadie puede negar que ese primer video que los catapultó a la gloria vana es un cago de risa mal. Sobre todo en la escena de los pescaditos. En tiempos previos a la recesión económica, este tipo de iniciativas con el peor presupuesto del mundo, era especialmente valorado por la gente común y silvestre. Encima el grupo sonaba bien. Y para regocijo de los audionautas era de ee.uu. Imposible no tener todas las de ganar. Si nacían en las venas abiertas de América Latina, para escribir esta reseña hubiéramos de tele-transportarnos 20 años en el tiempo y cuando ello, mi brazo mecánico ya estará luciendo como chatarra vintage en algún desarmadero de los bajofondos.
Dándole una probadita al material, hice una suerte de brainstorming, que puede o no tener una relación directa con el significado de cada tema. Pero eso no es lo que importa. Desde este martes 12 de enero, podrán ver como lo nuevo de los Weekend, traspasa sus cerebelos, dejando estelas de una comedia satírica.
01. Horchata: Una canción de un extraño clima agradable, es rota por tambores onda banda sonora del Animal Kingdom de Disney. Y mixada con pianitos jamaiquinos, a los que se suma un tipo que con intenciones de hacerle dormir a su sobrinito, vocifera algo acerca de tomar horchata en el verano.
02. White sky: Sobre unos sintetizadores que parecen salidos del laboratorio de Dexter y unos aplausos secos, los gemiditos del vocalista, le dan una entonación que remite al Secreto en la Montaña.
03. Holiday: Tiene un feeling muy festivo. Una guitarrita entra acelerada como con ganas de ir a hacer pis y contagia su aura, para que te muevas con el pasito del helicóptero, pero en cámara lenta.
04. California English: Extraída de una reunión improbable entre imitadores de Tito Puente y fanáticos de Herbert Vianna pasados de rosca, con tantos cambios para sólo dos minutos y medio, da cuenta de la gran calidad compositiva de estos vaguitos y de que el pulso no les falla así nomás.
05. Taxi Cab: Su beat de base tiene un aire de Air. Pero atravesado por una libélula extraterrestre, que con un billón de tonalidades dibuja figuras geométricas en un jardín. O ese tipo de cosas que sólo un taxista ve en las manhanas de menor tráfico o ínfimo estrés.
06. Run: Sus acordes acercan a una melodía fabricada con bocinazos y trompetas de la realeza. Al tiempo que un juego de golpes, inventan fórmulas sobre cómo hacer que un grupo se oiga más fresco. Perfecto para calzarte los zapatos ortopédicos y salir a gastarlos en el asfalto.
07. Cousins: Es la locurita promocional, que con su rockabilly acaramelado, deja que se imponga la voz parsimoniosamente nerviosa de Ezra Koenig, a medida que detrás, el resto de los Weekend hacen lo que quieren, pero de la forma más coordinada posible.
08. Giving Up The Gun: Cuenta con una intro muy ochentera. E incluso la manera en la que está articulada en su totalidad, te arrastra a una adolescencia ajena, en la que predominaban xilófonos ensoñadores que le dan pequeños acentos infantiles.
09. Diplomat´s son: Te corta todo el mambo que traías, para cubrirte bajo el cielo de una isla en la que los cocos brillan por su intrascendencia. Si no la bailás en una hamaca, revisá tu manual porque algo está fallando. Cuando se ralentiza cerca del final, es como para agradecer a Jah! por inspirar una música tan etérea.
10. I Think Ur A Contra: En plan de “Vos lo que sos eso!”, el cedé se despide con un título que te hace único responsable de lo que te haya ocurrido desde hace media hora hasta ahora. Con un teclado jazzero, suaviza aún más su arremetida de armoniosas combinaciones instrumentales, en las que se implanta el ambiente de una sala de ensayo rural en los años 60.
Bonus Track: ¡Y que reviente Transilvania!
0 comentarios:
Publicar un comentario